Cazadores de astros: observación y fotografía desde Santa Eulalia

Créditos: Guillermo Spiers/ www.astrofotoperu.com
Diego Ato

A la altura del kilómetro 37,5 de la Carretera Central, un grupo de personas se juntan una vez al mes, cada luna nueva y cuando las condiciones climáticas son propicias para observar los astros por medio de un cielo despejado. Desde la total oscuridad de la noche en la tierra y con sus telescopios, los integrantes de la Base Astronómica Santa Eulalia (BASE) permanecen varias horas, algunos incluso hasta el amanecer, observando y “cazando”, como dicen ellos, objetos astronómicos.

Son ocho peruanos de distintas profesiones que comparten su afición por la astronomía y desde el 2016 han conformado BASE, uno de los principales grupos dedicados a la astrofotografía en el Perú.

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“Nosotros tenemos una inquietud de explorar la naturaleza. No lo hacemos precisamente mirando el mundo que nos rodea, el mundo terrenal. Lo hacemos mirando hacia arriba y ver qué secretos nos esconde el espacio”, explica Luis Calle, uno de sus integrantes.

Ellos se juntan en la casa de José Calle, también miembro del grupo, que se ubica en el valle de Santa Eulalia. Este lugar tiene una ubicación privilegiada para la observación astronómica debido a su temperatura templada, su humedad baja y a que es poco ventosa. “La orientación norte sur del valle es favorable porque nos permite visión de ambos hemisferios y ver el tránsito de eventos astronómicos de este a oeste”, precisa Luis.

La principal motivación del grupo es promover la astronomía y la fotografía amateur en Perú, por eso desde hace algunos años comparten su trabajo en su página web y redes sociales.

Registro de la Nebulosa de Orión. También se le conoce como Messier 42 o M42. Créditos: Luis Calle.
Registro de la Nebulosa de Orión. También se le conoce como Messier 42 o M42. Créditos: Luis Calle.

Descubriendo la pasión

José Calle o solo Pepe, como le llaman, tiene 70 años y es ingeniero agrícola. Desde joven era aficionado a la fotografía y, más adelante, se interesó por la astrofotografía luego de pasar unos días en Santa Eulalia. Ver el cielo, que en aquella época era más claro, le inspiró pensar en el universo.

“Encontré la curiosidad por descubrir algo nuevo y entender el universo. Uno no se imagina lo inmenso que es hablar de distancias: cuando acá hablamos de segundos o de horas, allá hablamos de millones de años luz. Un año luz es la velocidad de la luz (300 000 km/s) multiplicada por la cantidad de segundos que hay en un ‘año’. Entender la imensidad y poder captar esos fotones que nos llegan acá a la tierra y poder transformarlo en una imagen fotográfica es todo un arte”, comenta.

Jose Calle, ingeniero agrícola y astrofotógrafo. Créditos: https://astrobaseperu.com

La astrofografía le ha permitido desconectarse de los problemas de Lima. Disfruta mucho de formar parte del grupo. Recuerda que comenzaron con equipos muy sencillos, pero luego han tenido un gran crecimiento y cuentan con unos de mejor calidad. Él habla con mucha pasión sobre las fotografías y se siente muy orgulloso por el trabajo de sus compañeros.

Luis Calle (39 años) es historiador. A él le interesaba el universo desde que era pequeño. Cuenta, entre risas, que una vez había pedido a su madre que le regale un telescopio por Navidad, pero ella entendió un microscopio y eso fue lo que Luis recibió como obsequio.

Luis Calle, historiador y astrofotógrafo. Créditos: Luis Calle.

Su afición quedó dormida por un tiempo hasta que hace 8 años una amiga suya se compró un telescopio. A partir de ese momento, comenzó a investigar sobre precios o marcas. Finalmente, también adquirió uno. Después de volver del trabajo, lo utilizaba.

“Compartir con otras personas esta afición, tener camadería, intercambiar experiencias, aprender uno del otro”,  eso es lo que más disfruta Luis de observar y fotografiar astros, además de su curiosidad por el universo.

Guillermo Spiers (40 años) es administrador de empresas y también forma parte del grupo BASE. Él cuenta que siempre tuvo interés por la astronomía. De niño, sentía mucha curiosidad con ver un planeta, una galaxia, pero recién de adulto, en el 2013, cuando tuvo su primer telescopio.

Guillermo Spiers junto a su telescopio RASA 8 en Santiago de Tuna, Huarochiri, Perú. Créditos: Guillermo Spiers.

Su expectativa era ver un planeta, sin esperar ver más allá del sistema solar. “Una vez en el techo de mi casa, veo un puntito en la luna. Reenfoco el equipo y veo que no era una estrella, sino Saturno con sus anillos. Son esos momentos en los que uno se da cuenta que estás viendo otro mundo desde la comunidad de mi casa. Esta experiencia te conecta con algo mucho más profundo y poderoso”.

Cuando Guillermo logró esta vista de Saturno, llamó a su familia a que suba al techo para que lo vean. Ellos tampoco lo podían creer. Pensaban que era imposible ver un planeta desde su propia casa.

Saturno y sus lunas. «El planeta mas bello. Sus anillos están conformados por miles de millones de pedazos de roca y hielo. Los pequeños puntos alrededor son las pequeñas lunas que lo orbitan. Saturno se encuentra a una distancia promedio de 1200 millones de km de la Tierra», explica Guillermo. Créditos: Guillermo Spiers.

En el caso de Hugo Valle, ingeniero industrial, su acercamiento a la astronomía fue por casualidad. En el 2013, su hijo le regaló un telescopio por el Día del Padre. “No sé cómo se le ocurrió. Yo no sentía mayor atracción por la astronomía, así que tenía el equipo abandonado”, agrega.

Hugo cuenta que llegó diciembre y recién abrió la caja. Armó sin dificultades el telescopio; sin embargo, fue un problema cuando quiso ver por medio de él. No sabía cómo hacerlo. Tuvo contratar a una persona para que le ayudara a usarlo.

Hugo Valle, ingeniero industrial y «vouyerista del cosmos». Créditos: https://astrobaseperu.com

“Bastó con que mirara a la luna con los cráteres y se me despertó la afición. Desde el techo de mi casa, me han salido lágrimas al ver una estrella doble, una nebulosa. No podía creerlo”.

Hugo no es fotógrafo. Él se considera un vouyerista del cosmos. “A mí me gusta encontrar el objeto, mirarlo, observarlo y gozarlo. Para mí eso es bastante”. Ahora, ya jubilado y con 65 años, dedica sus días a su nieto y a la astronomía, la que le ha dado un nuevo grupo de amigos.

Llegar cada vez más lejos

“Siempre estamos pendientes del cielo. Cada vez que salgo de mi casa, siempre miro hacia arriba. Si veo estrellas o está despejado, sé que de regreso voy a armar el equipo”, afirma Guillermo.

Para los integrantes del grupo BASE, gran parte de su aporte radica en que por medio de sus fotografías sean un puente entre el astrónomo y el individuo común que disfruta ver una imagen. 

“La astronomía normalmente está asociada a fórmulas, a matemáticas, a temas bastante técnicos que asustan a las personas que eligieron una carrera distinta. Entonces, la astrofotografía es bien poderosa porque atrae a las personas que siempre tuvieron curiosidad sobre el espacio, pero les intimidó un poco esta ciencia”, explica Guillermo.

Luna cuarto creciente. Fotografía tomada el 19 de febrero de 2021. Créditos: Guillermo Spiers.

Él menciona que con los equipos que tienen pueden hacer ciencia ciudadana. Ellos sueñan con hacer alguna contribución histórica a la astronomía, como le pasó a Víctor Busso, un astrónomo aficionado de Rosario, Argentina, cuando en el 2016 registró el nacimiento de una supernova.

O como, recuerda Luis, el brasileño José Luis Pereira, también aficionado, captó el impacto de un asteroide en Júpiter.

Ellos coinciden que es común que las personas que se acercan por primera vez a apreciar por el telescopio las nebulosas, las galaxias o los cúmulos estelares crean que estos aparecen cómo en las fotografías.

“La vista humana es muy limitada para ver más allá  del sistema solar. Son las cámaras que permiten traer mucha más información y poder retratar con mucho más detalle el objeto. Eso es el eslabón más poderoso de la afición: revelar lo que el ojo humano no puede ver. Nosotros convertimos toda esa luz débil, la acumulamos en varias fotografías y logramos una imagen mucho más detallada, mucho más rica”, explica Guillermo.

Las Pléyades o Siete hermanas son un grupo abierto de estrellas en la constelación de Tauro. Distancia: 440 años luz de distancia. Créditos: Luis Calle.

Pepe espera que los avances tecnológicos permitan que cada vez haya equipos más sencillos, óptimos y económicos para continuar observando objetos astronómicos.

“Estamos llegando a niveles bastante profundos de visión de objetos, pero el universo es mucho más grande, es inmenso. Estamos apenas en un recorrido chiquitito. Siempre está la inquietud de nuevos equipos puedan ir más adentro y encontrar cosas nuevas. Esa es la inquietud que nos mantiene por seguir adelante”, asegura.

Corona Australis: a unos 430 años luz de distancia, a esta nebulosa se le conoce como «la corona del sur». El polvo y gas que compone las fibras oscuras, contiene el material necesario para el nacimiento de nuevas estrellas. Créditos: Guillermo Spiers.

De platillos voladores y otras anécdotas

El grupo cuenta que muchas veces les han preguntando si es que han visto algún platillo volador. La respuesta es no, aunque Pepe recuerda que una vez vieron un punto brilloso que se movía y no sabían si era un satélite o una nave. Se quedaron con esa duda.

Una vez captado un objeto que no pueden identificar en el momento, la imaginación vuela.

“Un día estaba viendo la luna desde el techo de mi casa y veo de pronto una mancha borrosa y negra. No era un satélite porque cuando lo ves pasa muy rápido, pero esta mancha era muy lenta. La empiezo a reenfocar y la imagen se va haciendo más pequeña: era un globo con el número cuatro”, cuenta Guillermo.

Él pensó que podría ser una nave. “Ya la ciencia ficción comenzaba a invadirme”, agrega riéndose.

Aunque son hombres que creen en la ciencia, no escapan a las supersticiones propias de los astrónomos.  Ellos afirman que es común que cuando una persona compra un telescopio nuevo, el cielo se nubla. «Y si el telescopio es super caro, el cielo puede durar hasta tres meses», señala Guillermo.

Este año, Hugo compró uno; sin embargo el día que fueron a realizar la observación la noche fue magnífica. “Pasó un mes y ahí fue la verdadera ‘inauguración’ del telescopio. La noche estuvo nublada y terminamos viendo telenovelas”, narra Hugo.

Galaxia de Andrómeda o Messier 31 se ubica a 2,5 millones de años luz de la Tierra. Créditos: Luis Calle.

Mirar al cielo acompañado

La última visita a la base en Santa Eulalia fue para el eclipse parcial de Luna del 19 de noviembre. En esa ocasión, transmitieron en vivo el evento astronómico. «Mi hija me acompañó. Ella estaba durmiendo y cuando empezó el evento vio que la luna se ponía de color rojizo. Se entusiasmó de ver ese evento», comenta Luis.

Eclipse parcial de Luna del 19 de noviembre de 2021. Créditos: Luis Calle.

Que estos momentos son para compartir es una idea con la que coinciden los cuatro. «Este año tuve la suerte de poder ver con mi mamá, desde el techo de mi casa, la conjunción planetaria de Júpiter y Saturno, que es un evento astronómico que se produce cada 800 años. Estas Son experiencias muy especiales y muy bonitas que sé que ella nunca olvidará», cuenta Guillermo.

«Últimamente con mi nieto, comparto mucho y lo estoy instruyendo en astronomía», dice Hugo. Para él, BASE es un grupo de aficionados a la astronomía que les ha permitido profundizar sobre el conocimiento del cosmos, pero también contar con una gran amistad que va a perdurar. 

El grupo BASE espera que su trabajo contribuya a que los aficionados por la astronomía y la astrofotografía siguen creciendo, que se difunda esta ciencia en los colegios, y que se impulsen la investigación en el país y el astroturismo. Y entre sus planes tienen el continuar profesionalizando su actividad y contar en el futuro con un observatorio propio. 

De derecha a izquierda: Luis Calle y Guillermo Spiers junto a sus telescopios. Créditos: Luis Calle.

Author: Diego Ato

Comunicador por la Universidad de Piura. Cursó el Programa de Extensión Académica de Arte e Ilustración en Corriente Alterna. Coordina proyectos de formación democrática y de promoción de derechos humanos. Escribe e ilustra en la cuenta @Chicodeldrama en Instagram.