Editorial: ¿Cuándo seremos realmente libres?

Compatriotas, no más verla esclava

si humillada tres siglos gimió,

para siempre jurémosla libre

manteniendo su propio esplendor.

Nuestro solemne himno reclama que no queremos ver a la patria sometida y que siempre debemos jurarla libre. Pero, ¿Qué sucede cuando quienes nos tienen apresados son los mismos gobernantes, los que en teoría deberían salvaguardar nuestro bienestar y crecimiento como país?

Ha finalizado el año del Bicentenario y en nuestro país ocurrió terremoto tras terremoto a diferentes niveles: político, social, económico, educativo y así.

Recibe nuestro Newsletter

Suscribiéndote en este newsletter recibirás todas nuestras publicaciones. Frecuencia: 20-25 al mes días.

https://www.youtube.com/watch?v=XrGbbs-avtY

No es reciente la situación que nuestro Perú está apresado de sus malos gobernantes. Si hacemos memoria, la corrupción siempre ha existido, solo que ahora es de fácil conocimiento gracias a la investigación y al reclamo ciudadano que muchas veces se ve aplastado por la lucha de grandes fenómenos de poder. En un país, donde el ciudadano es que necesita protección, pero el gobierno su gran enemigo, ¿Quién nos protege entonces?

Los gobernantes han mal utilizado el poder que les dio el pueblo para legislar a favor de los peruanos, para promover el desarrollo del país, para mejorar las condiciones de vida y para fiscalizar a la verdadera corrupción. Sin embargo, son los primeros que apuñalan al ciudadano ocasionando una crisis tras otra generando inestabilidad en nuestro país.

En la actualidad tenemos dos personajes que son nuestros acérrimos atacantes: El Presidente y el Congreso.

Según Ipsos, el 74% de peruanos desaprueba la gestión de Pedro Castillo y el 62% cree que debería renunciar mientras que el Congreso es desaprobado por el 79% de la población.

El gobierno ha cometido muchos errores políticos, pero eso no justifica en absoluto que el Congreso solo se dedicado por años también a destruir, imponer, a frenar, a obstruir avances para mejora de la población causando así mayor inestabilidad.

Es un momento difícil, especialmente con las Fiestas Patrias encima, si nos ponemos a pensar: ¿Qué podemos celebrar?

La corrupción generalizada revela una constante crisis de nuestro sistema político-constitucional porque existe una figura del político y una alta dependencia de favores que causa un inevitable nivel corrupción hasta el punto de ser vergonzoso.

¿Qué podemos hacer ahora? Pedir que se vaya todos. Como país deberíamos mostrar que los actos de corrupción no pueden seguir pasando por alto, sobre todo si nuestros primeros libertadores juraron:

“Desde este momento el Perú es libre e independiente por la voluntad general de los pueblos y por la justicia de su causa que Dios defiende”.