Lo que logramos con la cocina peruana ha sido un éxito. El ceviche es conocido y replicado mundialmente. Los turistas llegan al Perú con la misma curiosidad por nuestros monumentos que por nuestros restaurantes insignia. Los chefs peruanos son cada vez más relevantes y la cocina peruana se expande por todos los continentes. La inversión no siempre proviene de nuestros bolsillos, son muchas veces inversionistas extranjeros los que arriesgan su dinero.
La comida peruana me hace recordar a ese fenómeno que vivimos hace poco, si a esas eliminatorias benditas que nos llevaron a Rusia. Todavía recuerdo esos días, donde el claxon sonaba con la única intención de expresar un sentimiento, donde se veían banderas y camisetas a toda hora y en todo lugar. Donde te provocaba abrazar a tu vecino y hablar de Carrillo, Paolo o Yotún. Pero fuera de la algarabía lo que quedó grabado en mi mente es la sensación de optimismo, después de ganarle a Ecuador (“bendito sea el Perú en las alturas…!”) Nadie dudaba del objetivo. Nueva Zelanda fue un trámite, un último obstáculo que por fin nos permitió celebrar.
El Cannabis estuvo presente en la humanidad desde siempre. Utilizado indistintamente por sus beneficios terapéuticos, industriales y recreativos. La versatilidad de la planta logró que los chinos la usen en su bitácora médica hace cientos de años y que Estados enteros de Norteamérica lo siembren por su fibra. Esto es cada vez más evidente.
La razón de la legalización de la planta responde, en la mayoría de los casos, a intereses económicos. Como muestra, hay que mirar los ingresos asociados a los impuestos que ha recolectado Colorado el año pasado o Canadá, un país perteneciente al G8 que se intenta posicionar como líder de la industria. Considero que la oportunidad es real, hay demasiadas acciones que validan esta hipótesis.
De la misma manera, no quisiera perder este espacio en volver a nombrar las distintas razones por la que el Perú está en una posición privilegiada para posicionarse en la industria. Capitales de todo el mundo buscan hacerse de tierras de nuestro país: su clima, su variedad de pisos ecológicos, su ancestral relación con la agricultura, entre otros. Estas empresas buscan competir en los espacios más diversos, salud, industria y hasta producción de energía. ¿Qué hacemos entonces? Siento que primero debemos encontrar un por qué. Los motivos económicos son un indicador poderoso pero no suficiente para tener éxito, como en el caso del fútbol o la comida, debemos tener razones más poderosas. El deseo de ir al mundial no era vender más camisetas.
El nacimiento de una industria puede ser un nuevo comienzo, una forma distinta de hacer negocios, de ser más inclusivos. Podemos brindarle una mejor alternativa a nuestros agricultores, una alternativa de mayor rentabilidad a las existentes. Podemos reconocer el trabajo de nuestros investigadores y volver un hub de R&D que traería innovación y oportunidades. Podríamos buscar diferenciarnos y convertirnos en exportadores de cannabis con valor agregado, así como lo hicimos con el pisco, , podríamos buscar darle una denominación de origen. En estos momentos de crisis, esto sería una oportunidad real de desarrollo.
¿Qué hacemos entonces? Como en el caso de la comida y el fútbol, tener líderes que tomen la oportunidad con agradecimiento y humildad pero sobretodo con mucha responsabilidad. Necesitamos enfrentar el desafío con alegría entendiendo que es difícil pero no imposible si tenemos los objetivos claros. Necesitamos enfrentar el desafío de manera unida, como un solo puño, cada uno entendiendo su misión, sólo así el éxito estará garantizado.
![]() ![]() ![]() | Autor: Felipe del Águila Abogado especializado en temas relacionados al cannabis. Fundador de Andean Green Group. |
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