¿Cuál es el punto del matrimonio?
Piensa por un momento en qué significa decidirse por el matrimonio, unir mi vida por completo a la vida de otra persona. Mis deseos, mis búsquedas, mis vergüenzas, mis errores y los suyos, envueltos y sellados, hasta que se nos acabe el tiempo.
“…No hay diferencia si no puedes amar a un hombre o a una mujer, si no puedes amar a nadie eres peligroso porque no tienes forma de aprender humildad, de aprender que las otras personas sufren, o como usar tu sufrimiento o el de ellos para llegar de un lugar a otro”, dijo James Baldwin en 1987 antes de morir.
Pero hay personas que preferirían que un hombre no amase a nadie, a que encontrara el amor en otro hombre. O que una mujer encontrara el amor en otra mujer. Hay personas que se dan la importancia y se asignan el poder de decidir que es amor y que no es amor. Que pretenden que en una relación heterosexual y una relación homosexual no se siente exactamente lo mismo.
Se pueden leer argumentos que pretenden callar a las personas que demandaban el matrimonio igualitario: “El matrimonio trae deberes, no derechos”. No se tiene demasiado sentido pues la responsabilidad del matrimonio, especialmente cuando la vida o el futuro de alguien depende de ello, requiere de derechos y de protección.
¿Qué pasa cuando una clase de pareja tiene esa protección y otra no? ¿Qué pasaría si el día de mañana los derechos desaparecen para todos los matrimonios? ¿No pelearías tú también?
El caso se pone a la vista cuando, a través de un comunicado, el Tribunal Constitucional rechazó por mayoría la demanda de amparo interpuesta por Óscar Ugarteche contra el Reniec. Ugarteche solicitaba el registro de su matrimonio civil con un ciudadano mexicano.
Reniec tuvo como argumento de denegatoria en el 2012 que el artículo 234 del Código Civil peruano afirma que el matrimonio es la unión voluntaria entre un hombre y una mujer.
¿Por qué es importante legislar el matrimonio igualitario? Porque es un derecho humano. Respetar la decisión de elegir libremente a la pareja ayuda a lograr un ambiente social más armónico. Por eso es fundamental aceptar que el mundo está cambiando y que se reconozca la libertad de todos.
El matrimonio igualitario le daría un nuevo oxígeno y valor a la institución del matrimonio civil que tiene como uno de sus objetivos unificar a la sociedad por medio del compromiso no solo entre dos personas sino entre dos grupos humanos, dos familias.
No se trata de etimología, las palabras cambian todo el tiempo y el lenguaje muta, tampoco se trata de religión ya que nuestro estado es, en teoría, laico. Se trata de personas que se aman y de que ese amor vale lo mismo seas quien seas.
Entre los primeros pasos que deberíamos dar está en el uso de los términos apropiados como ‘matrimonio’ y no eufemismos como ‘Unión Civil’. La lucha tiene que ser llevada a cabo por líderes sensatos y no intolerantes que solo opacan el verdadero valor de lo que se busca: un avance en la sociedad.
It’s not my first time to pay a visit this web site, i am browsing this website
dailly and obtain fastidious data from here all the time.