Fake news: El caso de QAnon en EE.UU.

Escrito por: Santiago Zelada

Todo se remonta al año 2017 en los foros de la página web 4Chan. Es un sitio que sirve para generar debates y conversaciones a través de comentarios y fotografías; todo de manera anónima. En aquel año un usuario bajo el seudónimo de “Q” se autoproclamó como un miembro del gobierno de EE.UU. con gran acceso a temas de seguridad. Así es como se forma el nombre de esta teoría de conspiración.

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Los seguidores de QAnon creen fidedignamente todo lo que dice esta fuente anónima. La información que publica este usuario ‘supuestamente’ es información clasificada. Esta fue expuesta en páginas de internet como una manera de dejar pistas para resolver un acertijo. Y este trata —según QAnon— sobre la batalla encabezada por Donald Trump contra una cúpula de poder que está secretamente involucrada en el tráfico sexual infantil y que esta incluye al partido Demócrata, empresarios de renombre y celebridades de Hollywood. En adición, el objetivo de todo esto es extraer un químico de la sangre de los niños (adrenocromo) cuyos seguidores de esta teoría presumen que tiene propiedades para alargar la esperanza de vida.

Esta teoría de conspiración se relaciona con la de Pizzagate, la cual trata sobre el gerente de campaña de Hillary Clinton, Jhon Podesta, formaba parte de una red de abuso infantil y que todo estaba inscrito en un código secreto que yacía en sus correos. El supuesto lugar donde esto sucedía era en una pizzería de Washington D.C. Un sujeto creyó en todo lo que se dijo al respecto, apareció en aquella pizzería y desencadenó una balacera bajo la idea de que iba a encontrar niños a los cuales rescatar.

La conspiración sobre el adrenocromo surge de los libelos de sangre. Estas fueron dirigidas a los judíos acerca de asesinar niños cristianos y usar su sangre para preparar matzás o beberla. La comunidad de QAnon también arribó a América Latina, Reino Unido y parte de Europa. Esta se vincula con partidos de extrema derecha europeos y se converge con otros grupos conspirativos tales como los activistas en contra las antenas 5G o aquellos que protestan en contra de las medidas restrictivas de la libertad a raíz de la pandemia por el coronavirus.

El internet y lo virtual se han convertido en nuestro nuevo estilo de vida. El tiempo que invertimos navegando en la web se ha incrementado drásticamente; sin embargo, esto nos expone a una gran cantidad de información de dudosa procedencia. El miedo y la incertidumbre han servido como un perfecto caldo de cultivo para que ideas como las anteriormente mencionadas puedan calar en las mentes de millones de personas alrededor de todo el mundo. Esto fue lo que generó la vertiginosa presencia de QAnon.

Sus seguidores han sido muy hábiles al usar las redes sociales y los medios tradicionales para que su mensaje pueda llegar a la mayor cantidad de televidentes para atraer a más adeptos. Una de las estrategias más llamativas fue la de asistir a los mítines de Donald Trump y alzar pancartas con la letra “Q” dibujada en ellas. Además, estuvieron trabajando en un “cambio de marca” estructurado bajo el hashtag #SaveOurChildren (#SalvemosANuestrosNiños). Esto sirve como un hilo conductor que permite captar la atención a las partes más esotéricas de esta narrativa conspirativa.

Donald Trump tuvo múltiples oportunidades para establecer una posición firme sobre esta comunidad (QAnon) —ya que como es mencionado como un salvador en esta historia— solo a él podrían hacerle casos los simpatizantes de QAnon; no obstante, se ha rehusado a hacerlo. En una conferencia de prensa de agosto de 2020, Trump dijo: “(…) Actualmente estamos salvando el mundo de una ideología de izquierda radical que destruirá este país, y cuando este país desaparezca, el resto del mundo también lo hará”.  Los partidarios de QAnon asumieron lo dicho por Trump como una confirmación de sus cuestionadas sospechas y creencias.

QAnon ya presenta consecuencias en la política de Estados Unidos. Asimismo, en noviembre de 2019 agentes del FBI ya advertían sobre esta comunidad porque podría incitar a las personas a involucrarse en actos delictivos o violentos. Por esta misma razón es que Facebook baneó (cerró) múltiples cuentas asociadas a este movimiento a inicios del mes de octubre de 2020.