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Cuando Renata era una niña escuchaba a sus abuelos comunicarse en palabras claves. De sus bocas emanaban frases misteriosas que ocultaban el sonido de sus conversaciones cotidianas. Con esa lengua enigmática, cuenta Renata, su familia se sentía más segura y confiada en sus expresiones.
Ella los observaba con inocente curiosidad, anhelando integrarse dentro de ese círculo de confianza. Esa extraña lengua pero al mismo tiempo conmovedora y musical, era el quechua, el segundo idioma más hablado en el Perú, según una encuesta de GFK.
Su curiosidad la llevó a transcender a fronteras. En el año 2015, Renata decidió consolidar su carrera como cantante. Así, desde una pampa de quinua en su añorada tierra de Ayacucho, subió un vídeo a Youtube. Era un cover de The Way You Make Me Feel, pero en una versión distinta.
El vídeo, grabado en el complejo inca Vilcashuamán, muestra a Renata vestida con un chullo azul y vestido negro, cantando en quechua la famosa canción de Michael Jackson. Aquel vídeo obtuvo casi medio millón de visitas, así como el reconocimiento de diarios internacionales como la BBC Mundo.
“Esta joven canta en quechua como parte de un proyecto para reivindicar esta lengua indígena de los Andes entre los jóvenes. La iniciativa es de su madre Patricia Rivera, quien a través de una escuela de música y la asociación Surca, en Ayacucho, busca fomentar la cultura quechua en niños y jóvenes”, se lee en BBC.
Desde ese entonces, Renata se dedica a componer canciones en la lengua de sus ancestros. Sin embargo, este no es el único detalle que caracteriza a sus composiciones. Su música representa una combinación de trap, hip hip, electrónica, reggeatón y sonidos andinos que crean una atmosfera transgresora, que va más allá de lo folclórico.
Reivindicando el quechua a través del rap
Durante la última década, la producción de diferentes géneros musicales modernos como el rock, el reggae y el rap ha ido floreciendo y expandiéndose por toda América Latina. En el caso de este último género, jóvenes pertenecientes a diversos pueblos originarios se han sumergido en esta cultura y están utilizando su dominio en las lenguas ancestrales como una herramienta central en la creación artística y sus reivindicaciones sociopolíticas.
Renata forma parte de este nuevo movimiento. Su contenido auténtico, con una fuerte dosis de identidad y protesta contra las injusticias sociales, la convierten en «la reina del rap en quechua», título que le concedió el prestigioso diario The New York Times.
Sin embargo, el camino para alcanzar la cumbre no fue fácil. Había que cruzar por senderos cargados de prejuicios. En la entrevista que tuvo con Marco Sifuentes, publicada en el libro “Casi Bicentenarios”, Renata cuenta que las personas en Ayacucho empezaron a olvidar su identidad a partir de la violencia senderista que azotó su hogar y ocasionó miles de muertes en las zonas rurales.
Según narra, los militares comenzaron a tratar de “terruco” a la persona que hablaba mal el español. De esta forma, muchos olvidaron sus raíces y los padres, frente al miedo que ocasionaron los movimientos subversivos, ya no estaban dispuestos a enseñarles a sus hijos el quechua.
Por otra parte, en su colegio sufrió el racismo en carne propia. “Inca”, “serrano” y “cholo” eran algunas de las frases que sus compañeros, nacidos en Ayacucho, esbozaban sin pelos en la lengua hacia otros alumnos y profesores quechuablantes a quienes se les dificultaba hablar en español.
«Fue un proceso. Poco a poco me fui dando cuenta de que, a través de la música, podría ayudar a muchas personas. Descubrí que sí había un fondo político, que mi voz podía luchar contra los estereotipos que pesan sobre este idioma y contra otras situaciones injustas», dice en una entrevista con elDiario.es.
Renata empezó a preguntarse por qué a veces las personas se suelen avergonzar del lugar donde provienen. Con el tiempo, volcó sus grandes interrogantes en sus canciones. Primero las escribía en español, pero luego las traducía al quechua con la ayuda de sus dos abuelas (materna y paterna).
Con el objetivo de rescatar su cultura del olvido nació su primer sencillo “Tijeras”. Más que una canción, es una protesta contra los feminicidios al ritmo de la tradicional danza de las tijeras. A través de este baile originario en la región chanka, Renata quiere expresar el empoderamiento de las mujeres, además del sufrimiento de muchas madres y esposas que han sido víctimas de sus agresores y de un sistema judicial indiferente y corrupto.
Un año después, llegaría uno de sus proyectos más ambiciosos, una canción que aborda una de las problemáticas más olvidadas por parte de los políticos. En el videoclip de Qam Hina (“Cómo Tú”), estrenado en septiembre de 2020, Flores narra la historia de una de sus abuelas, quien solía caminar por las montañas de la sierra para llegar a su centro de estudios.
Lamentablemente, su abuela no pudo culminar sus estudios por las enormes distancias. Además, los ideales machistas de esa época también fueron un lastre para su educación, ya que la mujer tenía que estar paseando a las ovejas o cocinando.
En tiempos donde la educación es uno de los principales problemas que azota al Perú, la letra de la canción invita al oyente a reflexionar y a asumir una postura crítica sobre las condiciones extremas que atraviesan las niñas que caminan horas y horas para llegar a un pupitre de una escuela a más de 4500 m.s.n.m.
“Munani pukllayta, munani musquyta, munani asiyta, munani yachayta, munani rimayta, munani takiyta, munani pukllayta, munani musquyta” (Quiero jugar, quiero soñar, quiero reír, quiero estudiar, quiero hablar, quiero cantar, Quiero jugar, quiero soñar)
Qam Hina va más allá de la nostalgia de una niña de los andes de estar lejos de casa, en medio de un páramo solitario, envuelta por el frío helado que golpea sus mejillas rojas y sus labios agrietados. Según Renata, los habitantes de los pueblos en las zonas rurales han sufrido mucho y continuaran haciéndolo por la desidia e indiferencia de los gobernantes. Ellos, al igual que todos los peruanos, merecen una voz y si no son escuchados olvidarán sus raíces y tradicionales milenarias.
“Ellos son merecedores de más atención, ya bastante tiempo han estado en el olvido, sólo los recordamos en el friaje, y en realidad merecen más que un abrigo como yo, como tú: qam hina».
Reflejo del alma
Desde el viernes 12 de marzo, su primer álbum “Isqun” ya se encuentra disponible en todas las plataformas musicales. Con esta nueva creación, la artista ayacuchana continúaa en la lucha por poner en alto las hazañas de mujeres valientes que no suelen aparecer en los libros de historia de las escuelas peruanas.
En Isqun, cuyo significado en castellano es “nueve” y “reflejo del alma” para la cosmovisión andina, Renata quiere dar a conocer el reflejo que las mujeres pueden dar a través de su identidad y fortaleza.
A través de la fusión de trap, géneros urbanos y música afro, las canciones van desarrollando historias de personajes como Beatriz Clara Coya, María Parado de Bellino, Chañan Cori Coca, Francisca Pizarro, Rita Puma, entre otras figuras femeninas.
Rita Puma fue una líder aimara que fue envenenada y ahorcada en la Plaza de Armas de Moho (Puno) en 1924, tras participar en la sublevación de Huancho Lima contra los abusos de los gamonales de la provincia de Huancané. A sus 24 años, la “martir de la república tahuantinsuyana” fundó la primera escuela de alfabetización llamada Chuño-Huyo en Moho. Su lucha a favor de los campesinos, al igual que la búsqueda por una educación digna, continúa estando presente en la memoria de los pueblos andinos.
José Luis Barriga, artista plástico puneño dibujando el rostro de Rita Puma Justo.
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