Taiwán, el invitado “no grato” de la OMS

Ha sido reconocido a nivel internacional por ser uno de los países que mejor ha lidiado con la pandemia del coronavirus. Sin embargo, la OMS se niega a darle a Taiwán un lugar en la Asamblea Mundial de la Salud (AMS).

Pese a que ha sido elogiado por los líderes de muchos países en el mundo por tener una de las estrategias más eficaces para detener para propagación de la COVID-19, Taiwán es todavía considerado el invitado “no grato” de la Organización Mundial de la Salud (OMS). De hecho, este año, el país asiático no formará parte de la Asamblea Mundial de la Salud (AMS), aun cuando los gobiernos de 29 países dieron su voto para que la también denominada República de China (RDC) ingresara a la OMS. Esto ha generado una serie de críticas contra el organismo, al cual se le ha acusado de obedecer a los intereses de la República Popular China (RPC), o más comúnmente conocida China continental. ¿Qué hay de cierto en eso?

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Uno de los más acérrimos críticos de la OMS ha sido el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien en abril ya había anunciado la suspensión temporal de las contribuciones de su país al presupuesto del organismo internacional. El monto, que equivale al 15% del presupuesto de la OMS, es de aproximadamente 450 millones de dólares anuales. Sin embargo, para Trump, esa decisión no había sido suficiente, pues a fines de mayo dijo que Estados Unidos pondría fin a su relación con la organización, al cuestionarla por su manejo de crisis de la pandemia del coronavirus. 

En su momento, Trump manifestó que esperaba que la OMS fuera más exigente con el Gobierno de China, país al que acusa de haber ignorado sus obligaciones de informar sobre la COVID-19, pandemia que tuvo su brote precisamente en la ciudad china de Wuhan. El mandatario estadounidense señaló que China tiene un control absoluto sobre la OMS y que este país presionó al organismo para manipular al mundo sobre la verdad acerca del descubrimiento de la enfermedad.

La OMS, por su parte, ha sido duramente cuestionada por haber permitido que China retrasara hasta mediados de febrero el ingreso a Wuhan del primer grupo internacional de expertos. Asimismo, diversos internacionalistas creen que la organización dilató la declaración de emergencia sanitaria global y que se pronunció en contra de Estados Unidos de manera intencional por prohibir los vuelos hacia China al descubrirse el brote de enfermedad.

Ahora bien, ¿qué tiene que ver Taiwán en todo esto? El gobierno de ese país precisó que había advertido con antelación a la OMS sobre las evidencias de que la COVID-19 podía contagiarse entre humanos. Sin embargo, cree que la institución dilató 15 días para recién alertar al mundo, de modo que China pudiese llegar a la misma conclusión. Durante ese período de tiempo, el virus ya había empezado a esparcirse por diversas partes del planeta, especialmente en Europa. 

Foto: Chin Hung-ha.

Tanto el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, como el Gobierno de China han rechazado supuestos intentos de ocultamiento de información. Adhanom ha defendido el trabajo que realiza su institución, aduciendo que siempre prevalecen los criterios científicos y profesionales; mientras que China ha manifestado que Trump intenta distraer a la opinión pública ante su falta de capacidad para manejar la pandemia y la gestión sanitaria.

Precisamente este pronunciamiento de Taiwán, además de los constantes ataques hacia China por supuestamente intentar tomar el control de la OMS, ha hecho que no sea invitado a la Asamblea Mundial de la Salud. Asimismo, históricamente, la isla es considerada por la República Popular de China (RPC) como una “provincia rebelde” o “renegada”. En tanto, Taiwán (RDC) se proclama como un estado soberano. 

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El conflicto histórico: Pekín versus Taipéi

El conflicto entre ambos gobiernos viene desde hace cientos de años atrás. No obstante, hay una fecha que es crucial para entender el por qué de estas rencillas: 1895. Ese año se dio la victoria de Japón en la primera guerra chino-japonesa, y, como resultado, Pekín, en ese entonces administrado por la dinastía de Qing, tuvo que ceder Taiwán a Japón. Y, después de la Segunda Guerra Mundial, Japón tuvo que renunciar al control de todos los territorios que había ocupado en China. 

Uno de los vencedores fue la República de China (RDC), razón por la cual empezó a gobernar Taiwán. Sin embargo, en 1927 se había iniciado la guerra civil en China, que terminó con el triunfo de las fuerzas comunistas de Mao Tse Tung. Por su lado, la oposición, encabezada por Chiang Kai-shek, perdió la guerra y se refugió en Taiwán, en 1949. 

La política taiwanesa fue, entonces dominada durante muchos años por el hijo de Chiang, Chiang Ching kuo, quien heredó el poder y el régimen autoritario. Debido a la presión de movimientos prodemocráticos, Chiang permitió empezar el proceso de democratización, lo que condujo a las elecciones del 2000.

Cabe señalar que China planteó la idea de “un país, dos sistemas”. De esta manera, Taiwán podría ejercer una autonomía significativa si aceptaba la reunificación con China. Taipéi rechazó la propuesta, pero permitió las visitas e inversiones de China.

Aunque se proclamó el fin de la guerra con la República Popular China (RPC), en 1991, Pekín seguía considerando a Taiwán como ilegítima. Estas tensiones entre China continental y Taiwán son las que persisten hasta ahora, y uno de los motivos por los cuales la RPC se opone a que la RDC tenga participación en la OMS.

Taiwán, en la OMS

Chiang Kai-shek, a cargo de la República de China (RDC), huyó a Taiwán en 1949 y declaró que representaba a toda China. Tenía, además, la intención de retomar el territorio en su totalidad. Durante ese tiempo, Taipéi ocupó una silla en el Consejo de Seguridad de la ONU y recibió el respaldo de varias naciones occidentales como el único Gobierno de China. Ya en 1971, la ONU reconoció a Pekín de manera diplomática y expulsó a la RDC. Incluso, los países que lo reconocen diplomáticamente son solo 20.

Foto: Reuters.

Aunque la OMS se niegue a incluir a Taiwán para que tenga participación en la Asamblea Mundial de la Salud (AMS), lo cierto es que, según los expertos en salud, este país asiático ha desarrollado una estrategia óptima que le ha permitido halagos a nivel internacional. A pesar de tener que enfrentar la pandemia en solitario, algunas de las cifras más impactantes son que, desde el 21 de enero que se registró el primer caso en ese país, la isla ha registrado menos de 500 infecciones. Todo esto sin entrar a medidas estrictas de confinamiento o cierres de escuelas.


Elaboración:

Redacción Página en blanco.