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Por: Aura Arbulu
En el año 1804, Haití representó para las Américas un símbolo porque fue el primero en América Latina y el Caribe en lograr su independencia, dando fin así a la esclavitud impuesta por Francia. Para Haití es uno de sus motivos de mayor orgullo pues fue una revuelta de personas sometidas a esclavitud, la única que lo logró en su historia.
En la actualidad, para muchos la República de Haití, representa un Estado fallido. Este territorio ubicado en el Caribe junto a República Dominicana, en una isla llamada la española, no solo es el más pobre de América y uno de los más en el mundo, sino que no cuenta con instituciones con los que se pueda avizorar un cambio en el futuro inmediato o a largo plazo.
Solo a modo de ejemplo, si comparamos al país con su vecina de República Dominicana, existen entre ambos países grandes diferencias en términos de desarrollo. Solo por brindar dos datos relevantes, el PBI de República Dominicana en el año 2020 era de 78 mil millones de dólares, mientras que el de Haití fue de 13 mil millones, es decir seis veces más. Si recurrimos a data relacionada a educación, el Banco Mundial no cuenta con información oficial de Haití sobre inscripción escolar a nivel primario desde 1998, una situación realmente preocupante.
En estos días, Haití ha vuelto a ser noticia internacional, el miércoles 7 de julio se llevó a cabo un magnicidio en su territorio, el Presidente Jovenel Moïse fue encontrado con doce balas en el cuerpo, su esposa había sido seriamente herida. A la fecha cerca de 20 personas fueron detenidas relacionadas con el crimen, las cuales hablaban inglés y español, se conoce que algunas fueron ex miembros de las fuerzas armadas de Colombia.
El país está en shock y cómo no estarlo, no solo sufre de una corrupción endémica, violencia e inestabilidad, también hay dos personas que se atribuyen ser el Primer Ministro, lo que origina problemas en la sucesión presidencial, además, no se cuenta con un Poder Legislativo- los opositores del expresidente criticaban que se estuvo gobernando por decreto- y a pesar de que hay elecciones convocadas para setiembre no hay padrón electoral.
La comunidad internacional ha tenido y tiene un rol importante en Haití, pero muchos en su sociedad han visto esto como una forma de no ser soberanos y no poder tomar sus propias decisiones, que haya extranjeros involucrados en la muerte del Presidente Jovenel, agrava esta situación exacerbando este sentimiento contra todo lo que venga del exterior en el país.
Pero, ¿qué hacer con Haití? ¿hay solución para el país? La respuesta debería ser que sí, hay personas que esperan ver a su país con futuro, pero, la primera nación en América Latina y el Caribe en lograr su independencia tiene un escenario muy difícil al frente, entre inestabilidad, violencia y corrupción; como es previsible no tengo una respuesta, lo único que espero es que el miedo y la incertidumbre no terminen por acabar con las ilusiones de un país que soñó y logró ser libre.